Es una figura antropomorfa que se ha convertido en el símbolo almeriense por excelencia. Fue hallada en la Cueva de los Letreros, en el abrigo del Maimón Chico, que merece una especial atención por la calidad y significación de sus pinturas rupestres. Se encuentra en la comarca de Los Vélez, que está situada al norte de la provincia de Almería, en la encrucijada de las tierras del Sur y del Levante español.
Durante siglos, antes de la catalogación del Índalo por parte de los estudiosos, fue símbolo de buena suerte y considerado un tótem en el norte y levante de la provincia de Almería, especialmente en Mojácar donde lo pintaban con almagre para proteger las casas de las tormentas y el mal de ojo. Se le llamaba el "muñequillo mojaquero".
Las representaciones de la Cueva de los Letreros van del naturalismo al esquematismo y en ellas el color predominante es el rojo. Arqueros, hechiceros e ídolos son algunas de las figuras humanas que con especial personalidad aparecen en el abrigo.
Las representaciones esquemáticas se constituyen como verdaderos ideogramas cuyo significado podría suponer el origen de un alfabeto ideográfico.
El arte rupestre de estas cuevas ha sido declarado Patrimonio de la humanidad por la UNESCO.
lunes, 11 de mayo de 2009
Neolítico
El Neolítico se extiende aproximadamente desde el año 7000 a.C. hasta, aproximadamente, el año 2000 a.C, finalizando con el descubrimiento del bronce que dio lugar a la era del mismo nombre. Pero no se puede datar esta época de una forma concreta, porque fue muy difusa si atendemos a zonas geográficas.
Proveniente de los vocablos νέος, nuevo, y λίθος, piedra; significa literalmente edad de piedra nueva. Recibió este nombre porque se empezaron a usar herramientas de piedra pulida.
La llamada “Revolución Neolítica” supuso un cambio radical en el modo de vida: el ser humano abandonó la vida nómada haciéndose sedentario, agrupándose en aldeas, se cultivaron las tierras, se domesticaron animales y se empezaron a producir objetos más complejos: cerámica, tejidos y la ya mencionada piedra pulida. La religión, que determina las manifestaciones artísticas, estaba dominada por el culto a las fuerzas de la naturaleza y a los muertos.
Las principales manifestaciones artísticas neolíticas son las piezas de cerámica y las construcciones, además de la pintura rupestre del Índalo.
1. La cerámica
La cerámica fue la primera manifestación del arte neolítico: se ha encontrado cerámica neolítica en todas las regiones ocupadas por los pueblos de la época desde el Próximo Oriente a través de África y desde el Mediterráneo a Europa y a las Islas Británicas. Generalmente son planas, con decoración simple: triángulos, espirales, líneas onduladas y otros motivos geométricos; en superficies lisas u onduladas.
Otras importantes expresiones artísticas hechas en cerámica fueron las esculturas adoradas como diosas madres y monumentos de piedra dedicados al culto religioso. Dependiendo de la cultura particular que lo origine, adoptan distintas formas como por ejemplo la cerámica realizada en forma de cesta, calabaza, campana o sacos de piel.
2. Las construcciones megalíticas
La palabra megalítica proviene de μέγας, grande, y λίθος, piedra: Construcción hecha con piedras grandes.
En Europa Occidental, a partir del 4500 a.C. aproximadamente, se levantaron las primeras construcciones en piedra, que nos revelan que tenían una compleja y estable organización social y religiosa.
Hay varios ejemplos de construcciones megalíticas:
2.1) La forma más simple es el menhir, que es una sola piedra, alargada y clavada verticalmente en el suelo. A veces aparecen colocados en filas, por lo que se cree que tienen relación con un campo sepulcral o con el culto al Sol, ya que están orientados en dirección este-oeste. Uno de los más famosos es el de Carnal, en Bretaña (Francia).
2.2) Cuando los menhires estaban agrupados formando un círculo, de uno o varios anillos concéntricos, se denomina crómlech. El más famoso es el de Stonehenge, cerca de Salisbury, en el Reino Unido.
2.3) La más compleja de todas es el dolmen, que es una construcción cubierta, con varias piedras laterales que sostienen, al menos, una horizontal
Proveniente de los vocablos νέος, nuevo, y λίθος, piedra; significa literalmente edad de piedra nueva. Recibió este nombre porque se empezaron a usar herramientas de piedra pulida.
La llamada “Revolución Neolítica” supuso un cambio radical en el modo de vida: el ser humano abandonó la vida nómada haciéndose sedentario, agrupándose en aldeas, se cultivaron las tierras, se domesticaron animales y se empezaron a producir objetos más complejos: cerámica, tejidos y la ya mencionada piedra pulida. La religión, que determina las manifestaciones artísticas, estaba dominada por el culto a las fuerzas de la naturaleza y a los muertos.
Las principales manifestaciones artísticas neolíticas son las piezas de cerámica y las construcciones, además de la pintura rupestre del Índalo.
1. La cerámica
La cerámica fue la primera manifestación del arte neolítico: se ha encontrado cerámica neolítica en todas las regiones ocupadas por los pueblos de la época desde el Próximo Oriente a través de África y desde el Mediterráneo a Europa y a las Islas Británicas. Generalmente son planas, con decoración simple: triángulos, espirales, líneas onduladas y otros motivos geométricos; en superficies lisas u onduladas.
Otras importantes expresiones artísticas hechas en cerámica fueron las esculturas adoradas como diosas madres y monumentos de piedra dedicados al culto religioso. Dependiendo de la cultura particular que lo origine, adoptan distintas formas como por ejemplo la cerámica realizada en forma de cesta, calabaza, campana o sacos de piel.
2. Las construcciones megalíticas
La palabra megalítica proviene de μέγας, grande, y λίθος, piedra: Construcción hecha con piedras grandes.
En Europa Occidental, a partir del 4500 a.C. aproximadamente, se levantaron las primeras construcciones en piedra, que nos revelan que tenían una compleja y estable organización social y religiosa.
Hay varios ejemplos de construcciones megalíticas:
2.1) La forma más simple es el menhir, que es una sola piedra, alargada y clavada verticalmente en el suelo. A veces aparecen colocados en filas, por lo que se cree que tienen relación con un campo sepulcral o con el culto al Sol, ya que están orientados en dirección este-oeste. Uno de los más famosos es el de Carnal, en Bretaña (Francia).
2.2) Cuando los menhires estaban agrupados formando un círculo, de uno o varios anillos concéntricos, se denomina crómlech. El más famoso es el de Stonehenge, cerca de Salisbury, en el Reino Unido.
2.3) La más compleja de todas es el dolmen, que es una construcción cubierta, con varias piedras laterales que sostienen, al menos, una horizontal
Arte rupestre
Varias cuevas en la cornisa cantábrica, como las de Tito Bustillo (fotografía superior) en Asturias y Altamira en Cantabria, y de Francia, como la de Lascaux, Pech-Merle o Cougnac, albergan pinturas rupestres.
En las pinturas se plasmaban principalmente figuras antropomorfas y animales, pero también manos, huellas y puntos.
Era común aprovechar las protuberancias de la piedra irregular que conformaba las paredes de las cuevas para aplicar un efecto de relieve al dibujo. Se usaban diferentes técnicas: los dedos o técnica digital; la crin de los animales o técnica de la brocha y también la técnica del esfumado, que consistía en soplar por una caña o, hueso hueco los pigmentos.
La cueva de Altamira, por ejemplo, contiene uno de los mejores conjuntos de pinturas realizadas durante el Paleolítico. En ellas aparecen una serie de animales, como ciervos, bisontes y caballos, representados en escenas habituales de su vida en la naturaleza.
No se conoce con seguridad el motivo por el que se realizaban estas pinturas. Según los aborígenes australianos, las pinturas sirven para transmitir a los demás sus creencias, para ponerse en contacto con los espíritus y también para intentar que haya buena caza.
Por lo tanto, las pinturas rupestres de Altamira pueden tratarse de un ejemplo de la llamada magia simpática, consistente en la representación de la acción que se quiere realizar más tarde: las pinturas habitualmente están relacionadas con la caza y, por eso, en ocasiones aparecen animales con lanzas clavadas, como se deseaba que ocurriese en las cacerías.
Dentro de una misma cueva se pueden observar varias partes: en la entrada se dibujaban las actividades de la vida cotidiana. Las pinturas rupestres que se encontraron en el fondo de la cueva recibieron el nombre de “santuarios”.
Las figuras humanas son muy esquemáticas, pintadas a escala y prácticamente monocromáticas. Tienen un carácter narrativo: cuentan la vida de la tribu, con sus diferencias de género y distintas actividades.
En las pinturas se plasmaban principalmente figuras antropomorfas y animales, pero también manos, huellas y puntos.
Era común aprovechar las protuberancias de la piedra irregular que conformaba las paredes de las cuevas para aplicar un efecto de relieve al dibujo. Se usaban diferentes técnicas: los dedos o técnica digital; la crin de los animales o técnica de la brocha y también la técnica del esfumado, que consistía en soplar por una caña o, hueso hueco los pigmentos.
La cueva de Altamira, por ejemplo, contiene uno de los mejores conjuntos de pinturas realizadas durante el Paleolítico. En ellas aparecen una serie de animales, como ciervos, bisontes y caballos, representados en escenas habituales de su vida en la naturaleza.
No se conoce con seguridad el motivo por el que se realizaban estas pinturas. Según los aborígenes australianos, las pinturas sirven para transmitir a los demás sus creencias, para ponerse en contacto con los espíritus y también para intentar que haya buena caza.
Por lo tanto, las pinturas rupestres de Altamira pueden tratarse de un ejemplo de la llamada magia simpática, consistente en la representación de la acción que se quiere realizar más tarde: las pinturas habitualmente están relacionadas con la caza y, por eso, en ocasiones aparecen animales con lanzas clavadas, como se deseaba que ocurriese en las cacerías.
Dentro de una misma cueva se pueden observar varias partes: en la entrada se dibujaban las actividades de la vida cotidiana. Las pinturas rupestres que se encontraron en el fondo de la cueva recibieron el nombre de “santuarios”.
Las figuras humanas son muy esquemáticas, pintadas a escala y prácticamente monocromáticas. Tienen un carácter narrativo: cuentan la vida de la tribu, con sus diferencias de género y distintas actividades.
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